Una semana más tarde de la RedBull Romaniacs, es el momento de analizar todo lo ocurrido en una de las pruebas más duras del mundo. La Romaniacs arrancó con su habitual prólogo en las calles de Sibiu, donde los riders superarían los obstáculos puestos para la ocasión: matrix de troncos, ruedas, imponentes rampas cortesía de MTB Hopper… en este escenario, Mario Román logró una estratégica cuarta posición, la cual explicaba al término del primer día de pruebas: «En Romaniacs, comenzar abriendo la trazada es muy desfavorable. Los riders que vienen por detrás ya se encuentran las líneas trazadas y eso le hace ser más rápidos. Por este motivo, la cuarta posición es un muy buen resultado para ir con el grupo de cabeza pero sin necesidad de abrir líneas».
No obstante, ya en la montaña, motivado por el ritmo de carrera, y la avería técnica de Lettenbichler, finalmente Mario Román ocuparía esa primera posición que nadie parece querer ocupar en el día uno de carrera. Pese a la dificultad añadida, MR rodaría durante toda la primera jornada a un ritmo muy constante que le hizo terminar con el tercer mejor tiempo del día.
A partir de aquí, con un Graham Jarvis y Teodor Kabakchiev por delante, MR continuó rodando a un ritmo muy sólido durante las siguientes jornadas, con el objetivo de consolidar la tercera posición así como reservar una oportunidad de apretar en el último día e intentar escalar posiciones. En el último día de carrera, con la jornada estrella de Romaniacs, el piloto madrileño fue a un ritmo salvaje, recortando bastantes minutos y poniendo presión sobre Jarvis y Kabakchiev. Finalmente no dio tiempo a lograr la hazaña, pero sí pudo conseguir una muy buena tercera plaza general que no solo le permitió subirse al podium de la Romaniacs por segundo año consecutivo, sino que le hizo alzarse a la primera posición de la tabla del Campeonato del Mundo de Hard Enduro, a falta de tres carreras para el final del campeonato.
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